miércoles, 24 de marzo de 2010

La bandera de UE

Esta es la bandera europea. Es el símbolo no sólo de la Unión Europea sino también de la unidad e identidad de Europa en un sentido más amplio. El círculo de estrellas doradas representa la solidaridad y la armonía entre los pueblos de Europa.

El número de estrellas no tiene nada que ver con el número de Estados miembros. Hay doce estrellas porque el número doce es tradicionalmente el símbolo de la perfección, lo completo y la unidad. Por lo tanto la bandera no cambiará con las futuras ampliaciones de la UE.

Historia de la bandera
La historia de la bandera se remonta a 1955. En aquella época la Unión Europea existía solamente bajo la forma de Comunidad Europea del Carbón y del Acero y estaba formada por seis Estados miembros. Pero un organismo distinto con mayor número de miembros - El Consejo de Europa - se había creado varios años antes para defender los derechos humanos y promover la cultura europea.
El Consejo de Europa estaba buscando un símbolo para su propio uso. Después de muchas discusiones se adoptó el actual diseño (círculo de doce estrellas doradas sobre fondo azul). En distintas tradiciones doce es un número simbólico que representa la integridad aunque también es, por supuesto, el número de meses del año y el número de horas que aparecen en la cara del reloj. El círculo es, entre otras cosas, un símbolo de unidad.
El Consejo de Europa animó a otras instituciones europeas a adoptar la misma bandera y el Parlamento Europeo la aceptó en 1983. Finalmente, en 1985, la bandera fue adoptada por los Jefes de Estado y Gobierno de la UE como emblema oficial de la Unión Europea (que en ese momento se llamaba Comunidades Europeas).
Todas las instituciones europeas la utilizan desde 1986.La bandera europea es el único emblema de la Comisión Europea, el órgano ejecutivo de la UE. Otras instituciones y organismos de la UE utilizan, además, un emblema propio.

sábado, 17 de octubre de 2009

Agricultura itinerante y de sabana

Los sistemas agrarios tradicionales se caracterizan, en general, por un bajo nivel de desarrollo tecnológico, un uso extensivo del suelo y, consiguientemente, una escasa productividad de la tierra y del trabajo. Destacan la agricultura itinerante y la agricultura de sabana.

Agricultura itinerante

Se llama también agricultura de «tala y quema», y es el sistema de cultivo más arcaico. Hoy se da en la zona intertropical, fundamentalmente en las cuencas del Congo y del Amazonas, Centroamérica y focos aislados de Asia. Se practica en la sabana o en la selva, en suelos poco fértiles.


Técnicas y cultivo
La técnica de cultivo es muy simple. Se tala una zona de bosque o de sabana, que se cultiva durante uno o varios años. Después, se abandonan estas tierras para que el suelo se recupere; mientras tanto, se abren nuevos claros de cultivo. Es, por tanto, una agricultura «itinerante».
Es una agricultura que tiene como finalidad la subsistencia de los campesinos, por eso se cultivan varios productos a la vez (policultivo). La recolección es intermitente, porque las diversas plantas no maduran al tiempo, lo que asegura la alimentación durante todo el año. En la sabana los cultivos más extendidos son los cereales, sobre todo el mijo y el sorgo, y en la selva los tubérculos, como el ñame y la mandioca.
Es una agricultura tradicional, que emplea útiles muy sencillos. Es también una agricultura extensiva y poco productiva, que necesita grandes extensiones de tierra y no permite alimentar a una gran población.

Problemas y evolución
Este sistema se adapta al medio tropical, pero plantea dos problemas:

- Requiere un largo descanso de las tierras. Pero el actual crecimiento de la población hace necesario aumentar la producción, lo que conlleva el aumento de la superficie deforestada y la reducción del tiempo de reposo; esto origina que el suelo se agote más rápidamente y disminuyan las cosechas, y pone en peligro la conservación del medio natural.
- Necesita también grandes superficies de terreno. Sin embargo, en los últimos tiempos, la expansión de nuevos sistemas de cultivo, el crecimiento de las ciudades y las aldeas, la implantación de industrias, etc. han hecho disminuir las superficies cultivables.

Agricultura de sabana

Este tipo de agricultura se practica en países tropicales del África subsahariana (Camerún, Senegal...) y en focos de América y Asia.
Técnicas y cultivo
Es, en general, una agricultura de subsistencia, tradicional, de secano, extensiva, poco productiva y caracterizada por el policultivo. Proporciona sobre todo cereales, principalmente mijo. Otros productos complementarios son las judías, los tubérculos o los cacahuetes.

Es también una agricultura sedentaria: la población se concentra en pequeñas aldeas, alrededor de las cuales se sitúa el terrazgo cultivado. La tierra es de propiedad comunal.

Con frecuencia, alrededor de la aldea hay un anillo de huertos y campos cultivados que son abonados con las basuras domésticas y el estiércol del ganado. El resto del terrazgo se divide en varias partes (hojas) y en cada una, en cuanto caen las primeras lluvias, se planta un producto distinto cada año (rotación de cultivos). A veces se deja descansar una hoja para que el suelo recupere su fertilidad; es decir, se deja en barbecho.

Existe, en general, una estrecha relación entre la agricultura y la ganadería. Por ejemplo, el ganado de los sereres de Senegal pasta durante la estación húmeda en la hoja en barbecho, y en la estación seca, una vez que se ha recogido la cosecha, pasa a las tierras anteriormente cultivadas. Gracias al empleo de los abonos naturales, esta agricultura permite mantener una mayor densidad de población.

Problemas y evolución
Actualmente, como sucede con la agricultura itinerante, el crecimiento demográfico y la competencia de los cultivos comerciales hacen necesario aumentar la producción. Por eso, con frecuencia no se respeta el barbecho; esto hace que las tierras se agoten y, a la larga, provoca la falta de alimentos y la desertización de la sabana.